Mientras el sol se pone sobre las montañas de los Cárpatos, dos siluetas observan en silencio desde una plataforma elevada. Sus manos entrelazadas, sus respiraciones contenidas. A pocos metros, un majestuoso oso pardo emerge entre los árboles. Un momento compartido que quedará grabado para siempre en su memoria. Esta es la magia de los safaris europeos en pareja.